Se considera que en el año 498 se inicia oficialmente la historia de Escocia. Los principes escotos de Dalriada (Antrim-Irlanda) anexionan el reino de Argyll, en el oeste de la actual Escocia. Es entonces cuando, junto con otros muchos monjes irlandeses, Columba se exilia en Escocia compo penitencia y se instala en la isla salvaje de Iona (para no tener a la vista su tierra natal) donde vivió 34 años.
En este tiempo, Columba convirtió a los pictos, que todavía eran paganos, empezando por su rey Brude. Hizo de su Abadía de Iona una escuela de misioneros, y el único foco de cultura letrada de la zona. Fundó numerosas iglesias y monasterios (se le atribuyen hasta 60). Uno de ellos es el de Durrow, en Irlanda, para cuya inauguración regresó por última vez a Irlanda.
Keneth MacAlpine, rey de los escotos de Dalriada, se convirtió en el 843 en el rey de los pictos, unificando el norte del reito de caledonia. Así nació el reino de Alba. Este reino se expandió en un primer momento por el sur, consquistando a los britanos (1034) y a los anglosajones, tras anexionarse Lothiam (1018).
El siguiente paso era la recuperación de las islas del norte. Las Hebridas fueron compradas en el s. XIII y en el XV se recuperaron como regalo de bodas las Órcadas y las Shetland.
De los 4 pueblos existentes en el reino (pictos, escotos, britanos y anglos), sólo uno de ellos no era celta, y fue el enclave sajón el que abrió el camino a la anglicanización del reino.
La corona picta se había trasmitido por vía femenina, pero con los escotos, pasó a ser por vía masculina. Malcom III, rey escoto, se hace coronar sobre una misteriosa piedra traida de Irlanda. Se casó con la princesa sajona Margarita (más tarde Santa Margarita). Se rodearon de nobles ingleses y el inglés se convirtió en el idioma de la corte. Tras una reforma en la iglesia, también se adoptó como lengua del clero. Esto provocó la desaparición de la iglesia celta.
Margarita reconstruyó Iona y fundó nuevos monasterios, entre ellos el de Dunfermline, donde se enterrarán los reyes.
En este tiempo, Columba convirtió a los pictos, que todavía eran paganos, empezando por su rey Brude. Hizo de su Abadía de Iona una escuela de misioneros, y el único foco de cultura letrada de la zona. Fundó numerosas iglesias y monasterios (se le atribuyen hasta 60). Uno de ellos es el de Durrow, en Irlanda, para cuya inauguración regresó por última vez a Irlanda.
Keneth MacAlpine, rey de los escotos de Dalriada, se convirtió en el 843 en el rey de los pictos, unificando el norte del reito de caledonia. Así nació el reino de Alba. Este reino se expandió en un primer momento por el sur, consquistando a los britanos (1034) y a los anglosajones, tras anexionarse Lothiam (1018).
El siguiente paso era la recuperación de las islas del norte. Las Hebridas fueron compradas en el s. XIII y en el XV se recuperaron como regalo de bodas las Órcadas y las Shetland.
De los 4 pueblos existentes en el reino (pictos, escotos, britanos y anglos), sólo uno de ellos no era celta, y fue el enclave sajón el que abrió el camino a la anglicanización del reino.
La corona picta se había trasmitido por vía femenina, pero con los escotos, pasó a ser por vía masculina. Malcom III, rey escoto, se hace coronar sobre una misteriosa piedra traida de Irlanda. Se casó con la princesa sajona Margarita (más tarde Santa Margarita). Se rodearon de nobles ingleses y el inglés se convirtió en el idioma de la corte. Tras una reforma en la iglesia, también se adoptó como lengua del clero. Esto provocó la desaparición de la iglesia celta.Margarita reconstruyó Iona y fundó nuevos monasterios, entre ellos el de Dunfermline, donde se enterrarán los reyes.
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