miércoles, 29 de julio de 2009

Dyedefra, y la pirámide perdida


A todos nos suenan Keops, Kefren y Micerinos, pero poca gente ha oído hablar de Dyedefra. Ese era mi caso al menos, hasta que vi un documental en el Canal Historia que hablaba de su vida, o mejor dicho de su obra: la pirámide Abu Rawash, situada a 8 kilómetros al norte de Giza.

Los primeros investigadores creyeron que Dyedefra asesinó a su hermano mayor, a la muerte de su padre Keops, para acceder al poder. Después, se alejó de su familia y construyendo en Abu Rawash. Además inició una nueva religión, que proclamaba el culto a Ra (Sol), siendo el primer faraón que unió su nombre al de dicho dios: Dyedef-Ra. Según estas primeras teorías, fue asesinado por su hermano Kefren, quien retornó a Giza construyendo su pirámide junto a su padre, además de la famosa Esfinge.

El terreno pasó a formar parte de un recinto militar de alto secreto y nadie tuvo acceso al mismo durante casi un siglo. Recientemente, el omnipresente Zahi Hawass, junto con un grupo de arqueólogos, han retomado la investigación y han obtenido numerosas y sorprendentes conclusiones.

La primera de todas es que el lugar elegido, no lo fue por su alejamiento, sino por su altura. Dyedefra, sabiendo que no podría rivalizar con la pirámide de su padre, y con poco tiempo para construir la suya, ya que accedió mayor al trono, decidió hacerlo sobre una colina ya existente de 120 m. Si las estimaciones realizadas son ciertas y su construcción alcanzó 65 metros, se convirtió en la pirámide más elevada de Egipto (frente a los 147 m de la Gran Pirámide de Keops). A esto se suman otros méritos como haber superado la dificultad para construir sobre una colina y también el revestimiento su base (hasta unos 12 m) con granito rojo de Asuan, que era más difícil de trabajar. Estuvo revestida de oro plata y cobre.

En cuanto a su asesinato a manos de su hermano, parece falso ya que vivió lo suficiente para la construcción de su pirámide. Estas afirmaciones se basaban en que las estatuas y representaciones de Dyedefra, aparecieron rotas, pero teniendo en cuenta el paso del tiempo, lo más habitual es que estén rotas.

Pero hay un hecho que aún me ha llamado más la atención, y que defiende la tesis de que Dyedefra, amaba a su padre. Kefren, su sucesor y hermano, era el supuesto constructor de la famosa Esfinge, cuyo rostro representaba. Pero éste no se correspondía con otras representaciones de Kefren. Por si esto fuera poco, la rampa de acceso a su colosal tumba, no era recta, sino inclinada, esquivando la Esfinge. Este hecho implica que ya existía la Esfinge cuando Kefren levantó su pirámide, por lo que esta tuvo que ser construida por un predecesor. ¿Tal vez fue Dyedefra? Parece ser que fue así ya que el rostro de la Esfinge coincide más con el de Keops y parece improbable que éste fuera capaz de erigir ambas construcciones a la vez.

Dyedefra, considerado un traidor a la familia y un fracasado constructor, se ha convertido gracias a esta investigación, en el constructor de la pirámide más alta (y de una belleza asombrosa) y de la Esfinge, en honor a su padre.

¿Cual será la próxima sorpresa que nos deparará Egipto?

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