Siempre he defendido que hay que ponerle un poco de humor a la vida. Vaya Semanita, ese gran programa de la ETB, nos ha enseñado a los vascos a reirnos un poco de nosotros mismos. Han roto con la seriedad con la que nos tomamos la política y la han llevado al terreno del humor.
El problema, como siempre es saber ponerse un límite. El "problema vasco", aunque sigue vigente, está más atenuado que nunca, abriendo una ventana a una relativa normalidad. Sobre todo si lo comparamos con un conflicto siempre a punto de estallar como el palestino-israelí.
Recientemente ha surgido una polémica acerca de un anuncio de una operadora de móviles israelí, en cuyo video se trivializa la existencia del muro que divide pueblos y familias:
Seguro que el anuncio no se hizo con mala intención, pero cuando se compara con la respuesta palestina, da que pensar:
Que forma más absurda de hurgar en la herida...
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