domingo, 28 de diciembre de 2008

Del Acta de Unión a la actualidad

Guillermo de Orange puso fin a la guerra religiosa, consiguiendo la independencia de la iglesia escocesa (presbiterianos). Los highlanders son obligados a integrarse o desaparecer.

Escocia se encuentra debilitada. Desde el Acta de Educación de 1616,se impuso el inglés en la escuela. Las luchas internas la han debilitado económicamente y se encuentra en una situación de dependencia de Inglaterra. Esta situación desembocó en el Acta de Unión en 1707 y la abolición del parlamento escocés.

Surge el movimiento jacobita, de apoyo al regreso del rey Estuardo (Jacobo). buscaron el apoyo de los opositores al régimen. En 1715 se produjo un primer levantamiento que terminó en fracaso. Fué en 1745 cuando el joven y popular Carlos Eduardo (Bonnie Prince Charlie), recibió el apoyo de los highlanders y conquistó Edimburgo. Allí proclamó a su padre como Jacobo VIII de Escocia.

Pero fracasó en su intento de invadir Inglaterra siendo derrotado en Culloden en 1746. Se ofrecieron 30.000 libras por su cabeza, pero nadie en los Highlands le traicionó. Se enamoró de Flora Macdonald que le ayudó a llegar a la isla de Skye disfrazado de irlandesa. A su pesar, tuvo que separarse de ella y exiliarse, muriendo finalmente en Roma. Nunca se volverían a ver.

El duque de Cumberland, hijo de Jorge II y llamado "el carnicero" por las matanzas de prisioneros tras la derrota de Culloden, sometió con su ejercito de "soldados rojos" a los highlanders y quedó prohibida cualquier seña de identidad del pueblo derrotado: trajes, música y armas.

Los Highlands sufren el abandono de sus habitantes, y además, los propietarios de las tierras, indiferentes al espíritu celta, expulsaron a familias enteras de sus tierras; esta política se denominó Highlands clearances. No fue
hasta 1880, cuando las crofter acts permitieron a los pequeños agricultores recuperar el derecho al trabajo.

Mientras tanto, en los Lowlands, comenzó la industrialización. Glasgow sufrió una gran expansión durante el s. XIX y Edimburgo se convirtió en un centro intelectual y artístico. El aumento de la población y la pobreza provocó el nacimiento de los primeros sindicatos que fueron reprimidos.

En 1848, la reina Victoria convirtió el castillo de Balmoral en su lugar predilecto, renaciendo la afición por las tradiciones de los highlanders, que han sido promovidas por el turismo actual.

En el siglo XIX renace el espíritu nacionalista, fundandose en 1928 el Partido Nacionalista Escocés. En los años 70 obtuvo representación en el Parlamento de Londres, pero el sistema electoral penalizaba a los partidos minoritarios. En 1979 se devolvieron ciertos poderes y la creación de una nueva asamblea escocesa, con sede en Edimburgo. Con Tony Blair, se celebró un referendum y se reconoció un cierto grado de autogobierno.


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